Vicente Verdú: «La democracia ha colapsado». Gana el Premio de Hoy de ensayo con «La hoguera del capital», donde reflexiona sobre la crisis.
MADRID- Vicente Verdú es un autor de escritura directa y conversación discursiva. Una de esas personas a las que se van sumando temas, ciencias, puntos de vista, asuntos diversos. Ayer ganó el Premio de Hoy de ensayo, que entrega la editorial Temas de Hoy, con «La hoguera del capital», un libro que ahonda en las vicisitudes, colapsos, cambios y transformaciones actuales. La crisis y la economía es el eje y, a a partir de ahí, las páginas se van ramificando para abordar temas como el aumento de las diferencias sociales, la creciente infelicidad de Occidente, las consecuencias de una competitividad sin límites, el equilibro de las relaciones laborales.«La economía está para hacer a la gente más feliz y no que las personas sirvan al sistema. No existe una explicación racional para explicar lo que está sucediendo», señaló en la rueda de prensa que siguió a la concesión del galardón.
El autor mostró su desacuerdo con las exigencias de alcanzar un déficit cero y de las consecuencias morales y anímicas que están provocando en la población esta recesión.«Alrededor de París ya hay unas 10.000 tiendas de campaña. Pertenecen a personas que antes tenían acceso a la educación, a un coche... Estamos viviendo una gran locura colectiva como no se había conocido con anterioridad en la historia. Es igual que cuando se empezaron a revalorizar los tulipanes hace siglos. Es el mismo tipo de delirio en el que nos encontramos ahora».
«Prisioneros de la pobreza»
Verdú recordó las condiciones a los que se están sometiendo a algunos países como Grecia: «Lo raro es que no estén quemando todo ya y no sólo los grandes almacenes que hay al lado», dijo con evidente ironía. Y comparó este momento con las devastaciones y secuelas que dejan los conflictos bélicos: «Somos prisioneros de la pobreza. El mundo en el que nos encontramos está derrumbándose. Desaparecen las fábricas, los empleos y la moral de las personas está siendo minada. Las desigualdades se han incrementado. O es sólo una crisis económica o de soberanía. Para mí, lo esencial es la crisis del sistema democrático, que ha entrado en colapso». Verdú reflexionó sobre el papel de los políticos, la incidencia de la corrupción y cómo los gobiernos están paralizados ante distintos aspectos: «No atajan a las agencias de calificación, las bolsas y no han nacionalizado algunas cosas. El desencadenante de la situación actual es el hundimiento y la degeneración de la democracia, que ahora ha llegado a un punto en que comienza a craquelarse. Ahora a todo se llama democracia, pe-ro por un motivo: esa palabra ya no vale nada. Es una carcasa que recubre las complicidades que es-tán arruinando a la gente y llevándolos a niveles de pobreza desconocidos». El autor abogó por unos valores diferentes y defendió que la humanidad y la civilización siempre ha progresado a través de los lazos de la cooperación y la solidaridad, y jamás a través de la competitividad.«El hombre ha salido hacia adelante porque colabora». Luego invalidó«la idea de que yo gano si tú pierdes: es un concepto que se ha quedado antiguo». Pero en sus palabras no todo ha sido negatividad, pesimismo. Estas páginas también aportan soluciones y horizontes nuevos. La esperanza es la tecnología y, aunque Verdú desconfía de los augurios y las profecías, aseguró que «habrá una segunda integración de la mujer en estas décadas. No sólo se producirá en el ámbito del trabajo. También en las esferas del pensamiento».