Viajes y literatura. 2 – El ártico
El imaginario popular nos lleva siempre al calor y las playas, en vacaciones. Sin embargo, hay territorios remotos y fríos que se convierten a menudo en viajes al centro de uno mismo.
Alicia Kopf ha tenido un notable éxito con la publicación de Germà de gel (Hermano de Hielo), una novela que fascinó a Enrique Vila-Matas, gran viajero literario y amante del frío nórdico. La obra se vertebra sobre dos ejes paralelos, la relación con su hermano diagnosticado con trastorno del espectro autista, y su trabajaos como artista conceptual basados sobre el ártico y la figura de las expediciones a los casquetes polares: Scott, Amundsen, Shackleton. Se trata de un libro híbrido en el que se mezcla crónica, ensayo, memoria y diario, a la vez que se convierte en un bildungsroman.
Javier Reverte, en su libro En mares salvajes: Un viaje al Ártico, narra sus peripecias en un viaje que realizó a Canadá y Alaska. Incluso el Ártico, con sus hielos que siempre calificamos de imperecederos, está cambiando a causa del calentamiento global. En verano de 2007 los hielos se abrieron por vez primera en el paso del Noroeste. Un año después, Javier Reverte se embarcó en un buque oceanográfico ruso, uno de los primeros que acometían la aventura de cruzar el Paso. En el curso de trece días fue testigo de la violencia del océano y de las condiciones de extrema dureza en las que viven los pocos habitantes de las regiones boreales.
Juan Luis Conde trazó en Hielo negro, la expedición por la Antártida de Ordino, un alpinista capaz de ascender ochomiles sin oxígeno que intenta ganarse la vida escribiendo el relato de sus aventuras. La expedición, como todo verdadero viaje, se convertirá en un viaje interior, reflexionará sobre su papel como padre y marido que abandona el hogar familiar para escapar a responsabilidades.
Y precisamente de estas expediciones a menudo suicidas nos habla también Lo que el hielo atrapa de Bruno Nievas, que permite adentrarnos en una de las míticas al Polo Sur: la gran expedición de Shackleton. Nievas ha convertido el relato en una novela de aventuras que traslada al lector del Londres de inicios del siglo XX a la Antártida.