Aforismos
La RAE define el aforismo como una sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte. El origen etimológico del término lo encontramos en el griego ἀφορίζειν, que significaba ‘definir’ y pasó al latín: aphorismus.
Uno de los escritores que lo empelaron fue el filósofo presocrático Heráclito de Éfeso, en su libro "Acerca de la naturaleza". Hipócrates utilizó los aforismos como una serie de proposiciones relativas a los síntomas y al diagnóstico de enfermedades.
Karl Kraus lo definió diciendo: “Un aforismo nunca puede ser la verdad completa; puede ser una verdad a medias o una verdad y media”, y José Bergamín señaló: “No importa que el aforismo sea cierto o incierto: lo que importa es que sea certero”.
Los aforismos son el resultado de la experiencia.
Os dejamos algunos, para ir reflexionando:
Franz Kafka: “El camino verdadero pasa por una cuerda que no está tendida en lo alto, sino muy cerca del suelo. Parece hecha más para tropezar que para andar por ella”.
Friedrich Nietzsche: “Solo se oyen las preguntas a las que se es capaz de contestar”.
Elias Canetti: “¿Ha vivido aquel por cuya vida nadie se ha preocupado?”.
Antonio Machado: “En política, como en arte, los novedosos apedrean a los originales”.
Jules Renard: “La ironía no seca nada; no quema más que las malas hierbas”.
Carlos Edmundo de Ory: Me extraña la palabra amor en el verbo amordazar”.
Ramón Gómez de la Serna: “De noche, las tiendas de flores parecen depósitos de cadáveres”.