Pablo Picasso y la creación
Dijo Picasso: «Cuando dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida», y eso es lo que hizo a lo largo de su vida, crear incesantemente: «Siempre estoy haciendo cosas que no sé hacer, de manera que tengo que aprender cómo hacerlo», esa inmensa creatividad y curiosidad lo llevó a pasar por diferentes estilos y destacar en todos logrando obras maestras para lograr ver esa realidad que a veces los hechos enmascaran: «El arte es una mentira que nos hace darnos cuenta de la realidad.»
Uno de los consejos fundamentales a la hora de corregir un texto es ser conscientes de que casi nunca falta nada y, en cambio, casi siempre sobra: «El Arte es eliminar lo innecesario.»
A Picasso le preocupaba la creatividad no solo como novedad sino como pulsión vital, como una manera de entender el mundo: «Cada segundo de vida es un momento nuevo y único en el universo, un momento que nunca se repetirá.¿Y qué les enseñamos a nuestros hijos? Les enseñamos que dos y dos son cuatro, y que París es la capital de Francia.¿Cuándo les vamos a enseñar también lo que son? Deberíamos decirles a cada uno de ellos: ¿Sabes quién eres? Eres una maravilla. Eres único. En todos los años que han pasado, nunca ha habido otro niño como tú. Tus piernas, tus brazos, tus dedos, la forma en que te mueves. Quizá te conviertas en un Shakespeare, un Miguel Ángel, o un Beethoven. Tienes la capacidad para hacer cualquier cosa. Si, eres una maravilla. Debes trabajar, todos debemos trabajar, para hacer al mundo digno de sus niños.» También en: «Todo lo que no tiene un objetivo por alcanzar, un resultado por conquistar, un enigma por resolver, un misterio por penetrar, no me interesa.»
Pero esta creatividad iba directamente ligada al trabajo constante, como dejó claro en una de sus sentencias más conocidas: «La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando.»
Sus ideas sobre la creatividad bien pueden aplicarse a la escritura: «¿Qué queremos pintar, lo que hay en la cara, lo que hay dentro de la cara, o lo que hay detrás de ella?»
No hay máxima más famosa que la archiconocida: «Yo no busco. Encuentro.»
Al final todo se resuelve en un bonito acertijo:
«Algunos pintores convierten el sol en un punto amarillo; otros convierten un punto amarillo en el sol.»