Carta de Octavio Paz a Pere Gimferrer
La correspondencia entre los poetas Octavio Paz y Pere Gimferrer fue muy extensa, a los largo de tres décadas, y fue publicada en Memorias y Palabras por Seix Barral, en 1999.
En 1967, un joven Gimferrer de 22 años, le mandó un poemario a Paz para saber su opinión, la respuesta, escrita desde la Embajada de México en Nueva Delhi, India, donde residía Paz en 1967, se ha convertido en muestra de su visión del panorama literario de la época y su idea sobre la función de los escritores.
En ella Octavio Paz se refiere al realismo: "Ustedes -perdóneme la franqueza y acéptela como lo que es: interés apasionado- ven la realidad o como algo grotesco y terrible (ahí casi siempre aciertan) o de un modo sentimental. Y ese género de poesía reclama objetividad extrema. Es lo que no encuentro en sus tres poemas -ni en la mayoría de los que ahora se escribe en España bajo el rótulo del <<realismo>>, sea o no <<social>>. Habría que usar un lenguaje más ascético, más decididamente prosaico o más desgarrado, más seco… y sobre todo, que no se oiga la voz del autor, que la moral la extraiga el lector sin que el poeta se lo diga. Yo veo en la actual poesía española dos notas que no son modernas: el sentimentalismo y el didactismo -juicios sobre el mundo y expresiones sentimentales".
Y alude a la diferencia de caminos iniciados tras las vanguardias en la poesía española o iberoamericana: "La poesía moderna en lengua inglesa es lo que está después, no antes, de Pound y W.C Williams; en Francia, lo que viene después del surrealismo (que es bien poco); en lengua española, lo que hay después de Poeta en Nueva York, Altazor, La destrucción o el amor, Poemas Humanos, Residencia en la tierra. En Hispanoamérica sí han ocurrido cosas después de esos libros: Lezama Lima, Parra, Enrique molina y otros más. Pero ¿en España? En España hubo un regreso y por eso yo saludé su libro con entusiasmo. Me pareció, me parece, que reanudaba la gran tradición moderna de la poesía de nuestra lengua y que no era un regreso -como dice la nota de Tres poemas- a la vanguardia de 1914 (eso es no saber lo que fue esa vanguardia), sino una ruptura del pseudorrealismo. Arde el mar fue inactual en España porque usted escribió un libro de poesía contemporánea y con un lenguaje de nuestros días, hacia adelante, en tanto que la poesía de la España actual es inactual por ser una poesía pasada".(...) "Por último: los poetas contemporáneos en todo el mundo -excepto en España, en donde el realismo descriptivo, nostálgico y didáctico sigue imperando como si viviésemos a fines del siglo XIX- están fascinados por las relaciones entre la realidad y el lenguaje, por el carácter fantasmal de la primera, por los descubrimientos de la lingüística y la antropología, por el erotismo, por la relación ente las drogas y la psiquis y, en fin, por construir o destruir el lenguaje. Pues lo que está en juego no es la realidad sino el lenguaje. Y lo está de dos modos: la realidad del lenguaje y el no menos formidable lenguaje de la realidad. En ese sentido -no en el de la retórica verbal- el surrealismo ha pasado -aunque, como es natural y con otro nombre, reaparecerá, reaparece ya en la búsqueda de los poetas nuevos".