Redundancias
En el lenguaje común, e incluso en los textos periodísticos, se nos escapan muchas repeticiones de elementos léxicos aparentemente innecesarios en una oración, a saber: Subir arriba, bajar abajo, salir afuera, entrar adentro, cadáver muerto, hielo frío, círculo redondo, las doce del mediodía. Pero es también cierto que a veces no son arbitrarias sino que buscan reforzar la expresividad, por tanto, no es un fenómeno necesariamente censurable, depende, como todo en el estilo, de la adecuación al objetivo y al contexto.
En algunos casos es cierto que el contexto puede pedir estas aclaraciones, por ejemplo mediodía es siempre a las doce, pero también lo es que las doce son también medianoche, sin embargo, tanto el mediodía como la medianoche ya presuponen las doce, a pesar de que la RAE define mediodía como:
1. m. Momento en que está el sol en el punto más alto de su elevación sobre el horizonte.
2. m. Período de extensión imprecisa alrededor de las doce de la mañana.
3. m. sur (‖ punto cardinal).
4. m. sur (‖ lugar situado al sur de otro).
De lo que se deduce que también las 11.30 o la 13.00h pueden considerarse mediodía.
Del mismo modo, el Diccionario de María Moliner señaló, en la segunda edición de 1998, que: «en algunos casos, la aparente redundancia no lo es: en “subimos arriba” y “bajamos abajo” pasan a tener valor sustantivo y a designar lugares...».
Otro ejemplo significativo es el de víctima mortal: que es definido por la RAE como:
Del lat. victĭma.
1. f. Persona o animal sacrificado o destinado al sacrificio.
2. f. Persona que se expone u ofrece a un grave riesgo en obsequio de otra.
3. f. Persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita.
4. f. Persona que muere por culpa ajena o por accidente fortuito.
5. f. Der. Persona que padece las consecuencias dañosas de un delito.
Si el sentido es la cuarta definición sería una clara redundancia, pero podemos usarlas para diferenciar a la víctima que solo padece daños, y eso puede ayudar a evitar ambigüedades.
En cualquier caso, hay algunas redundancias que difícilmente aportan algo, y que son muy comunes, como:
Acceso de entrada, accidente fortuito, actualmente en vigor, adelantar un anticipo, aterido de frío, beber líquidos, bifurcarse en dos direcciones, casualidad imprevista, clímax máximo, canas blancas, carcajadas de risa, cenar de noche, hemorragia de sangre, volar por el aire, hablar tres idiomas diferentes, enfermedades patológicas, peluca postiza, dar portazos a las puertas, prever con antelación o utopía inalcanzable.