Encontrado un texto inédito de la infancia de Hemingway
Recientemente ha sido encontrado, en el interior de una caja antigua, el primer cuento que escribió en su infancia. Estaba guardado en una funda de plástico en medio de viejas municiones, fotografías, papeles sueltos, recibos, cartas, y otros muchos documentos y curiosidades que el escritor dejó a Toby Bruce, amigo y chófer del escritor. En su hogar cubano, ahora convertida en el Museo Hemingway Finca Vigia, había miles de recibos, recortes de prensa y recetas de cocina, incluso una radiografía de su mandíbula, por lo que el pequeño relato había pasado desapercibido hasta ahora.
Brewster Chamberlin se encargó de revisarlo y catalogar el archivo pero no advirtió que el texto podía ser un relato de ficción, ya que tenía la apariencia de un diario de viaje, sin embargo, Sandra Spanier, profesora de la Universidad del Estado de Pennsylvania y editora de The Hemingway Letters Project enseguida se dio cuenta de que Hemingway jamás viajó a Irlanda y Escocia, donde sucede el relato.
La importancia de este cuento es que fue escrito en 1909, cuando tenía diez años, y es muy fantasioso. Se narra desde la historia de un cadáver que vuelve a la vida una vez al año para reconstruir el Castillo de Ross y dar una fiesta, hasta la leyenda de la piedra mágica del Castillo de Blarney, que aporta elocuencia a quien la besa. Los especialistas han destacado el interés de Hemingway, a tan temprana edad, por buscar detalles concretos, probablemente documentados en revistas, que dieran verosimilitud al relato. Podría tratarse de un ejercicio escolar, aunque no está verificado.
El relato, en forma de carta ficticia, dirigida a su padre señala: «Ayer vimos un iceberg. Parecía una gran montaña de hielo», el círculo se cierra, pues, de forma metafórica, ya que Hemingway formuló la famosa teoría del iceberg:
“Siempre trato de escribir de acuerdo con el principio del iceberg. Hay nueve décimos bajo el agua por cada parte que se ve de él. Uno puede eliminar cualquier cosa que sepa, y eso sólo fortalecerá el iceberg. Si un escritor omite algo porque no lo sabe, entonces habrá un agujero en su relato”.